Es… hasta donde yo tengo conocimiento sobre la ascendencia ocupacional de mi familia.
Andreas, aprendió el oficio en la “Escuela de Joyería y Relojería de Pforzheim-Alemania”
radicándose más adelante en Belgrado, antigua Yugoeslavia.
Mi abuelo Valentín, continuó ejerciendo el oficio, aprendiendo en la misma escuela que su padre.
La segunda guerra mundial juntó en Yugoeslavia el camino de Valentín con el de Vida Fabjancic (mi abuela), debiendo emigrar a Santiago de Chile a los pocos años de nacido mi padre.
En este nuevo país y con un desconocido idioma, construyen con gran esfuerzo las paredes de Román Díaz en el año 1963, logrando por su seriedad y calidad de trabajo, el reconocimiento en el entorno joyero de la época.
Así, mi padre Andreas vivió desde niño en este ambiente,aprendiendo el oficio familiar y logrando transformar el pequeño taller hogareño, en una próspera empresa.
Las mujeres entorno a los Helmlinger, no hemos estado ausentes de sus emprendimientos. Mi abuela Vida y más adelante mi madre Annemarie, han cumplido un activo y trascendente rol para el exitoso desarrollo de esta empresa.
Por mi parte, yo Valerie Vida Helmlinger Puschmann una vez concluidos mis estudios como diseñadora industrial, decido especializarme en el oficio, teniendo la linda experiencia de volver a los inicios… estudiando por 2 años en aquella escuela para joyeros de Pforzheim.
«Soy la cuarta generación de esta familia
que ha decidido desarrollarse
con amor y pasión,
en este mágico mundo de las Joyas.
Manteniendo la seriedad y confianza que nos caracteriza…
y esforzándonos día a día en vincular el universo de las ideas de nuestros clientes
con la sorpresa del diseño y la creación de piezas de alta calidad.
Tradición y Diseño desde 1957.