Día: 27 julio, 2015
Me imagino que se le llama al diamante «el mejor amigo de la mujer» porque empieza significando el compromiso de su hombre con ella y, bien escogido y bien montado, es una inversión financiera que aumenta de valor a través del tiempo. Un diamante es para siempre. Si es de buen corte, color, claridad y quilates o carats (las 4 C’s).
A la mujer le gusta el resplandor del diamante, pero sabe que le conviene la calidad. Si tu novio busca un diamante para ti o tú misma quieres comprar uno, te ofrezco unas sugerencias:
Visita varias joyerías, importadores o gemólogos antes de hacer tu compra. Pregunta y busca información sobre calidad y precios. Si conoces un joyero de tu confianza, cómprale a él o a alguien referido por él, que goce de buena reputación. Compara precios junto a los cuatro criterios de calidad.
Los precios de los diamantes, según su peso, aumentan exponencialmente de un quilate a otro. Por eso hay personas que prefieren comprar un diamante de 1.7 quilates que uno de 2 quilates.
El color del diamante empieza en la escala D (no hay A, B ni C) Hasta la J está en la escala del blanco, pero va bajando hacia un tono amarillento. Hasta la J se monta en oro blanco. De K en adelante se recomienda montar en oro amarillo para disimular lo amarillento del diamante. Una cosa es un diamante de color amarillento (calidad inferior) y otra es un diamante amarillo, raro en el mundo y de un costo exorbitante.
No te emociones con los nombres que le han dado a algunos diamantes con cortes exclusivos. Vas a pagar muy caro el costo del mercadeo, que puedes pagar por un buen diamante certificado, aunque no tenga ese nombre.
Lo que más gusta del diamante es el brillo y los destellos que emite. El corte correcto de buena proporción es el que logra que la luz entre por el tope del diamante y regrese hacia arriba, logrando el fulgor que enamora al comprador. Las formas varían desde el Redondo, Pera, Esmeralda, Trillón, Radiante, Princesa, Marquesa (almendrado), Ovalado y otros. Los de mayor venta son el Redondo y el Princesa.
La claridad tiene siete gradaciones y depende de las imperfecciones que la naturaleza haya dejado en el diamante. Pide que te enseñen a mirar la piedra por dentro.
Las medidas de quilates (1 quilate equivale a 100 puntos) y puntos indican el peso del diamante.
Si quieres comprar un diamante para que la gente lo mire, dicen que lo correcto es comprar un pendiente de diamante para el cuello porque es hacia tu cuello donde van primero las miradas.
El segundo lugar que más se mira es la mano.
La tercera joya de diamantes deben ser aretes o «dormilonas» porque son un accesorio para todas las ocasiones.
A muchas mujeres les gustan las joyas con muchos diamantes pequeños juntos. Por hermosos que sean, no tienen el valor de inversión de un solo diamante de al menos 1 quilate.
La compra de un diamante es muy personal porque el comprador tiende a enamorarse del resplandor sin tener en cuenta los cuatro factores que distinguen a esta joya eterna. Hay quien se enamora de una piedra, aunque sea de inferior calidad.